jueves, 29 de noviembre de 2007

" EL CALAFATE: SANTUARIO DE LA PATAGONIA "

Buen servicio y una sonrisa.

A El Calafate, bien pudiera identificarse con el epíteto de Santuario de la Patagonia. Una importante superficie de su territorio la ocupan los glaciares, con sus milenaria presencia geomorfológica que blanquean el tiempo y abraza los horizontes lacustres.

El Calafate ocupa una extensión de unas 155,000 hectáreas en la provincia de Santa Cruz, el poblado fue fundado en 1927, con una población que no llegaba a los mil habitantes, no obstante, desde las postrimerías del siglo XIX, se instalaron en su suelo hombres que dejaron su impronta y comenzaron a escribir la historia de esta pequeña localidad ubicada sobre la margen sur del Lago Argentino.

Según el testimonio de los historiadores y muestras encontradas, la región estuvo habitada por descendientes de los tehuelches, quienes hace 13,000 años, fueron llegando a esta zona procedentes de latitudes norteñas. Magallanes anotó en su diario de viaje que había encontrado tribus de hombres fornidos con los que no tuvieron enfrentamiento. Soportaban las intensas nevadas cobijados bajo paravientos de cuero de guanaco, sostenidos por palos y piedras. Se alimentaban de su carne, y también de la del ñandú, un ave que le aportaba, además, sus plumas y huevos, y recolectaban semillas y frutos silvestres con los que elaboraban una especie de torta vegetal.
Al Hotel Kapenke lo distingue su calidez.

DE ESTANCIA DE PASTOREO A EMPORIO TURISTICO

Cuando el hombre blanco dirigió su mirada hacia estos parajes, lo hizo atraído por el espectacular panorama que ofrecía la cordillera, con sus picos nevados, un territorio totalmente despoblado, escondido y desconocido, idóneo para gente emprendedora, por demás, dotado de excelente suelo para el pastoreo; irrigado por mansos ríos tributarios del Lago Argentino, sumado, al encanto que le aportaba el glaciar, convertían a El Calafate en uno de los lugares más misteriosos del planeta.

Finalizaba el siglo XIX cuando Ernesto Cattle y Alfredo Game, inmigrantes ingleses, se asentaron en las proximidades del Lago Argentino, y allí permanecieron habitando una rústica vivienda protegidos por el cerro y la cortina formada por los árboles más coposos, luego el duro clima los obligó a abandonar ese asentamiento. Epoca, en que otros aventureros se arriesgaron a imitarlos, y sólo lograron permanecer en la zona de manera ambulante. No obstante, les tocó a Cattle y a Game, el reconocimiento como habitantes pioneros de El Calafate.

Pronto, fueron llegando grupos de argentinos, franceses, alemanes, yugoslavos e italianos laboriosos, los cuales crearon su estancia e iniciaron el desarrollo de una economía propia basada en la exportación de lana hacia el mercado europeo. Aparecieron entonces los primeros talleres para la reparación de las carretas, medio de transporte que demoraba varias semanas en su tránsito hasta Río Gallegos, puerto de embarque comercial, distante a 350 kilómetros; crearon hosterías, donde pernoctaban los transportistas de esa mercancía, oficinas y otros comercios indispensables en la naciente comunidad. En ese empeño, muchos dejarían sus vidas, en tanto otros, se convertirían en hombres prósperos.

El Perito Moreno en todo su esplendor.

Si el naturalista Charles Darwin retornara por estos lares, quedaría arrobado ante la naturaleza exuberante de su perfecto ecosistema y cambiaría el criterio adverso que se había formado cuando en 1833, recorrió un sector importante de la Patagonia, y encontró los parajes desérticos en algunas de estas tierras santacruceñas. Una centuria más tarde, sería otro el paisaje, fue la época en que el aviador Saint Exupéry, autor de “El principito” fungía como jefe de tráfico de la Aeroposta Argentina en Río Gallegos. El célebre francés quedaría arrobado por lo que observaba desde la cabina de su nave: Una villa recién fundada, dotada de estancias con sembrados y rebaños de ovejas; zonas boscosas perfiladas por el Lago Argentino; el desierto de hielos infinitos custodiado por cumbres nevadas sumado a un villorrio de gente laboriosa que había llegado en busca de una mejor vida y una actividad comercial de exportación en pleno auge.

Y como en un cuento de hadas, con el tiempo, el hombre se fue haciendo camino hacia otros parajes todavía más impresionantes, con una flora y una fauna particular exhibiendo los colores, según la temporada desde donde se aprecian las cordilleras, con sus cumbres nevadas, contrastando con la inmensidad del Lago Argentino. Al arribar a la villa, vas descubriendo sus casas de troncos y techos de chapas a dos aguas, que parecen disputarse un lugar en el espacio. Y aunque han quedado atrás aquellos tiempos de pastoreo de ovejas como único medio de subsistencia y de transporte de carga a lomo de mulas, la memoria de este poblado de El Calafate, los atesora aquellas vivencias en lugar de honor.

Un entusiasta contingente de turistas.

El turismo comienza en esta villa en la década del 70 y la siguiente década, el glaciar Perito Moreno comienza a hacerse famoso, más que todo, por la ruptura de hielos que cada cierto tiempo produce, un espectáculo que atrae a los vacacionistas y a la prensa de todo el orbe.

El crecimiento poblacional fue vertiginoso, al extremo que en 1990 el censo arrojó unos ,3,000 habitantes, dos años después 7,300; en el 2,004, había ascendido a 12,000 y el último conteo, supera los 20,000. Lo cual habla del desarrollo turístico de este destino que se vio obligado a ampliar sus capacidades hoteleras; incrementar los servicios gastronómicos y comerciales; disponer de una flotilla de embarcaciones para la navegación turística entre los glaciares e inaugurar un Aeropuerto Internacional. Muchos argentinos procedentes de otras ciudades del país, han encontrado empleo y se han radicado con su familia en esta localidad que sigue apuntando hacia el desarrollo.

UN GUÍA, UN PARQUE

El micro se va alejando de la zona comercial de la villa y emprende su recorrido bordeando la Bahía Redonda del Lago Argentino. Atrás dejamos el último vestigio del hotel Alto Calafate, con su arquitectura soberbia acaparando la atención del visitante, más tarde nos sorprende, porque semeja un puñado de luciérnagas mágicas enamorando la noche. Pronto se hace visible, del otro lado de la vía, la Isla Solitaria, que no lo está tanto pues cuenta con capacidades muy confortables, dispuestas para quienes desean escaparse del mundo. Ahora el trayecto sigue acompañado de la estepa patagónica, con su vegetación áspera, propia de los climas extremos, el paisaje monocolor interrumpe su monotonía por otras instalaciones turísticas. Un buen ejemplo lo es el hotel de campo Kao Yatún, misterioso y sugerente, con su toque bucólico y el confort capitalino; y qué decir de La Terraza Coirones semejando una prolongación del paisaje, un palco de lujo en medio de un teatro natural. Un suave tránsito se va produciendo al acercarnos al ecotono , de un verde ecológico en un terreno húmedo que da paso al bosque andino patagónico donde los coihues, lengas, notros y guindos se visten de otoño con sus colores de lujo y comparten su espacio con los cipreses. Sus ejemplares más altos cobijan los afamados calafates que en verano se cubren de flores amarillas y frutos carnosos de color azul.. Estos arbustos que alimentaron a los tehuelches, originaron fantásticas leyendas y también dieron lugar al nombre de esta villa.

El camino nos va acercando hacia la meta y mostrando otras de sus atracciones naturales. A un lado, se empina robusto el cerro Comisión o de los Elefantes, por su semejanza con esos paquidermos; el Cerro Frías con sus 1,050 metros de altitud, a la vera del Lago Argentino y de una concentración de lengas que lo acompañan en su soledad de siglos. A su vez, es un excelente mirador natural que coloca a los pies del visitante un extenso sector del lago y de su antigua cuenca glaciar. El Frías, se hermana con el Cerro Fraile con 1,100 metros de altura, se trata de un volcán extinguido, si conquistas las alturas por uno de sus faldeos y llegas hasta su chimenea, tu esfuerzo será premiado con la observación de nidos de cóndores. Con un poco de suerte, podrás sorprender a algunas de estas aves en momentos de empollar sus huevos.

GLACIAR A LA VISTA

El guía avisa de la proximidad del Glaciar, cuando comenzamos a entrar a la Curva de los Suspiros posición que regala un panorama irreal desde este mirador natural, entonces, se alistan las filmadoras y las cámaras fotográficas. Los rostros muestran ansiedad, las miradas se fijan en la incógnita que se avecina, las expectativas, toman dimensiones inmedibles y es en este último recodo del camino donde se potencian los sentidos y se desordenan los latidos del corazón de los ansiosos turistas. De pronto, cambió el paisaje como suele ocurrir al levantarse el telón que introduce una escena teatral, desafiante, emanando una energía fantástica, se mostró en todo su esplendor el Perito Moreno.

Desde a bordo se disfruta el glaciar a plenitud.
Sin lugar a dudas, se trata de una obra divina, un regalo de Dios, que ostenta su nombre en honor de Francisco Moreno, un escribano creador de la Sociedad Científica Argentina, quien descolló en labores de exploración en numerosos parajes de la austral Patagonia y en época temprana incursionó por estas tierras, estudió a sus primitivos pobladores y realizó un bojeo por el Lago Argentino y sus afluentes.

Esta “octava maravilla del mundo”, encabeza a los más importantes entre los 356 glaciares del Parque Nacional y ese título obedece, entre otros motivos, al área que ocupa; la belleza impactante de su formación semejando catedrales góticas, perfectamente cohesionadas; las tonalidades en azul de sus hielos, los cuales están destinados a cumplir, como una profecía, la ruptura estrepitosa que atrae la curiosidad de todos y convoca a la prensa mundial. Un merecido reconocimiento de la UNESCO al declararlo Patrimonio Natural de la Humanidad.

Para más información sobre El calafate ingrese a: http://www.elcalafate.gov.ar/

Textos y fotos Puppy Castelló Herrera.

PUPPY CASTELLÓ HERRERA , periodista y fotoreportera cubana de Tribuna de La Habana www.tribuna.co.cu/ y Centro de Información de la Prensa ( CIP ). www.cubahora.co.cu/
El Habanero www.elhabanero.cubaweb.cu/ Semanario Financiero, Comercial y Turístico de Cuba www.opciones.cu/ Revista Mar y Pesca http://www.cubamar.cu/marpesca/ Sendas la Revista de Transporte de Cuba http://www.sendasweb.cu/, entre otros medios.

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