viernes, 30 de noviembre de 2007

" SAN MARTÍN DE LOS ANDES - JOYA PATAGÓNICA "

Todos los pueblos tienen sus olores y colores característicos, San Martín de los Andes, huele a rosas y a azados familiares, en otoño es de color jade y perlado en invierno, por la herencia que le otorga el majestuoso Lácar, un importante lago con quien comparte su territorio.

Por: Puppy Castelló Herrera.

En tierra de la provincia de Neuquén, San Martín de los Andes es la ciudad mimada del lago Lácar. Tiene varias vías de acceso, pero la más frecuentada es la Ruta Nacional 234, con sus 171 kilómetros de camino, si haces el viaje partiendo desde Villa La Angostura. La vía circunda una de las naturalezas más impactantes del sur de esta provincia de la Patagonia, la cual atesora paisajes irrepetibles.

La primera impresión que transmite San Martín de los Andes, es de una localidad donde todo es paz y armonía, tanto es así, que el tránsito local prescinde de las señales semafóricas y del empleo del claxon, no obstante, en los archivos de la ciudad, no existen estadísticas importantes de accidentalidad. Sus vecinos, quienes suelen dormir la siesta, ambulan sin prisa, con expresión relajada y acostumbran a saludarse con un gesto afable y esbozando una sonrisa.

Sus calles y avenidas están perfectamente diseñadas y al igual que en otras localidades cercanas, las edificaciones guardan fidelidad al estilo arquitectónico andino, donde la chapa, la madera y la piedra, siempre están presentes en sus construcciones que no alcanzan mucha altura. Muy pocas viviendas utilizan otros materiales en sus techados y de hacerlo, no se ve afectada la armonía del entorno.

San Martín de los Andes, cuenta con una gestión turística bien pensada, sustentada en la privilegiada posición geográfica que la distingue. Sus insuperables atractivos naturales ; la riqueza y equilibrio de su ecosistema, lo cual logra una alianza determinante con el confort de sus capacidades para hospedaje y la calidad de su exquisita gastronomía, son motivos por los que miles de turistas procedentes de todos los continentes, elijen anualmente este destino.

La villa tiene otro rasgo insoslayable y es que en sus avenidas, jardines y plazas, crecen abundantes rosales multicolores perfumando el ambiente y le otorgan un sello alegre durante todo el año.
Una de las peculiaridades de la localidad, es que abundan las araucarias araucanas, árbol nativo de Chile, y símbolo de la provincia de Neuquén. Crecen en suelo arenoso, alto y en ambientes de baja temperatura; es una especie dioica y los ejemplares hembras son perfectamente identificables de los machos, menos hermosos que los primeros. Es una conífera que se le otorga gran relevancia, debido a que durante siglos, cobijó bajo sus fortísimos penachos de un verde saludable, a los primeros pobladores de esta región y los alimentó con sus frutos. Por su estatura, de hasta 50 metros, son los centinelas del bosque y en este Parque Nacional algunos alcanzan una longevidad de más de 500 años de vida.

Pablo Neruda, el notable poeta chileno, le dedicó unos versos que afirman en una de sus estrofas:

Ahora, sin embargo
no por bella te canto,
sino por el racimo
de tu especie,
por tu fruta cerrada,
por tu piñón abierto.

San Martín de los Andes, es un lugar bendito por la mano de Dios, como si esto fuera poco, decenas de vertientes bajan de las montañas tributando los abundantes ríos que irrigan su territorio. Los bosques, estallan en colores de fiesta y perpetuan sus frondosos árboles que trazan los caminos hacia la selva; sorprendentes playas, a orillas de sus lagos, animan a la inmersión y armonisan con el canto de las aves que interrumpen la monotonía del silencio cordillerano. Una invitación al turismo de aventura; un sanador, para quienes buscan paz y un ambiente que motiva a quienes permanen en sus predios, para continuar descubriendo muchas otras propuestas, sugeridas por esta villa de montañas.

CON SABOR LOCAL.

En el mundo de la gastronomía, un establecimiento gana su fama por la historia que atesora; el buen servicio a sus usuarios y la calidad de sus ofertas. Lo otro depende del sabor local que le otorgan sus clientes. El café de “Tío Paco”, el más famoso de San Martín de los Andes, además, resulta emblemático porque logra la magia de la complicidad.


Su clientela matinal bebe su taza de café en el lugar de siempre y entre sorbo y sorbo discute un proyecto o emprende un negocio. Es el sitio elegido por algunas parejas, quienes sellan el destino de sus relaciones; muchos conflictos hogareños encuentran solución, unido al disfrute de unos humeantes ñoquis.Y en la calidez de su ambiente, un periodista redacta el "lead" más original, o un poeta da por fin con la nota, para un apurado verso.

Si se habla de la buena mesa, el restaurant “La Barra” en Brown y Costanera Lacar, con una vista espectacular al lago, satisface el gusto más exigente de sus comensales. Acuden atraídos por el excelente menú regional protagonizado por las especialidades de ciervo; cordero patagónico; las variedades de truchas; o las gustadas pastas, elaboradas al auténtico estilo italiano. Y qué decir de su repostería: El inevitable chocolate, tartas, pastelerías, helados combinados con frescas frutas rojas, arándanos, aromáticas frambuezas o jugosas moras. Así queda justificadu el prestigio que distingue a “La Barra” el cual es atendido por sus dueños y un equipo gastronómico que, además, de un esmerado servicio, te regala una sonrisa.

Llama la curiosidad, que muchas de sus avenidas, comercios, complejos turísticos, fauna, ríos y lagos, conserven sus nombres en lengua mapuche . Una de las formas de perpetuar la integración de esa fuerte cultura de un pueblo, que desde hace varios siglos, encendiera las primeras lumbres en la extensa Patagonia. Numerosas comunidades tiene su espacio dentro del Parque Nacional Lanin y se han incorporado activamente al quehacer de la población argentina, ejemplo de ello son las familias Curruhuinca, Cayún, Vera, Cañicul, por citar solo algunas de las que mantienen viva la herencia de sus ancestros: crían sus animales, cultivan sus tierras, trabajan, estudian y les son respetadas sus tradiciones ideológicas y socio culturales.

Ricardo Caletti, mi guía en San Martín de los Andes, es además periodista, escritor y cuenta con un rico acervo adquirido a lo largo de varios lustros de trabajo, allá por Tierra del Fuego, al que le incorpora las experiencias alcanzadas en esta región, donde ha podido estudiar a las comunidades mapuches, de ahí, sus excelentes relaciones con los miembros de las diferentes familias. Este hombre locuaz, y divertido aventurero, me brindó una ayuda inestimable y una sólida amistad, durante mis cuatro días de estancia en esta villa.

El Paso Lipela, en el lago Lácar, conocido también como Paso de los Contrabandistas se domina en todo su esplendor desde el mirador Bandurria. Sus aguas, matizadas por la gama de azul, muestran a su vera la ciudad, con los encantos de una postal turística. Esta vía lacustre, se ha convertido en lugar histórico debido a diferentes episodios, uno de los más notables lo protagonizó hace 57 años, el tránsito del poeta chileno Pablo Neruda , descollante exponente de la lírica hispana. Durante el trayecto, se hizo acompañar de un pequeño grupo de arrieros que les eran incondicionales . El autor de la inmortal obra “Confieso que he vivido” había salido del poblado de Rauco, junto a la costa del Pacífico, con un pasaporte a nombre de Miguel Angel Asturia, poeta y novelista guatemalteco, para ocultar su identidad. Permaneció dos semanas en esta población, que lo acogió afable y donde dejó amigos que lo protegieron durante su estancia en San Martín de los Andes.

MAS CERCA DEL CIELO, MAS CERCA DE DIOS.

El Cerro Chapelco ubica al centro de sky de San Martín de los Andes, en el cordón montañoso que se extiende por 43 kilómetros de largo y corre paralelo a la Cordillera de los Andes. Inicié el ascenso con Caletti al volante acompañados de una intermitente llovizna. Después, los primeros copos, nos convencieron del avance del otoño y montaña arriba comenzamos a sentir frío. Luego, alcanzamos 1 600 metros de altitud, que nos acercaron a la plataforma intermedia del centro de ski. En esta época, son preparadas las diferentes pistas para recibir a los miles de esquiadores que eligen a San Martín de los Andes para desafiar las montañas y enfrentar la aventuras entre la nieve.

Para acercarnos al volcán elegimos viajar hacia Junín de los Andes, “capital nacional de la trucha” por la Ruta 234. El camino que seguimos, fue develando un paraje cambiante, unas veces adornado por montecillos de cipreses, algunos sauces, otro cubierto de estepa patagónica pero en su casi totalidad, irrigado por abundantes ríos y el desiero azul del Huechulafquen, el lago más importante de este sistema. Dos comunidades mapuches avivan el ambiente y vemos muchos de sus miembros atendiendo los sembrados o trasladando el ganado hacia la zona de pastoreo.

A unas horas del volcán, hicimos un alto en el camping de Albino Barriga, en la ribera del lago Paimún. Nos recibe con explosiva alegría, pues es un viejo amigo de Caletti. Su locuacidad y sus anécdotas, lo convierten en un curioso personaje en medio de la soledad y lo distante de todo. Su propiedad, es una especie de hostería bucólica, con una chimenea humeante que embadurna el ambiente con los olores del menú del día.

En esta especie de granja de autoconsumo, negocio que atiende con su hija, Albino, cobija al viajero cansado; al que espera el amanecer para probar suerte en las aguas del lago o a quienes, luego, se proponen continuar viaje hacia el volcán. Este ermitaño, recuerda sin límites de errores, la fecha en que lo visita cada uno de sus parroquianos y hasta el tiempo de cocción que ellos prefieren al elaborarle los asados. Albino, sabe si los consumidores toman vino o la cerveza que él enfría en un arroyito, que impetuoso baja desde el volcán y hasta los postres que marcan la predilección de los visitantes.

En la geografía argentina abundan las formaciones volcánicas esparcidas a lo largo de la Cordillera de los Andes, y aunque en su mayoría permanecen “dormidos” desde hace miles de años, continuan atrayendo la curiosidad de los turistas. Entre los más notables por su altitud y los mitos que han despertado se encuentran: El Bonete y el Pissis que se señorean en la Rioja; el Llullaillaco en Salta, con su mítica leyenda de montaña sagrada; el Tres Cruces, en Catamarca y en San Martín de los Andes, el Lanín, con sus 3776 metros sobre el nivel del mar. Impresionante, recrea su cráter cubierto por hielos glaciarios y aunque no ha tenido actividad desde hace más de mil años, varios kilómetros antes de llegar a su base, se puede observar las secuelas de la lava que en otros tiempos incendiara el paisaje y lo dejara alfombrado del magma que arrojara su cráter.

Quienes se animan a emprender el ascenso de un volcán, lo hacen por algunos de estos motivos: Motivados por la aventura de enfrentar lo desconocido y descubrir lo que encierra; también por medir sus posibilidades físicas y convertirse en vencedor; inclinados hacia el disfrute de otra perspectiva de la naturaleza y muchas veces movidos por un sentimiento de osadía, latente en la mayoría de los humanos.

Esto explica, que al Lanín lo visiten anualmente centenares de vacacionistas acompañados por guías certificados y con larga experiencia en esta profesión, en una empresa que brinda sus servicios en el Parque Nacional. Ellos, con paso seguro lo hacen cómplice del misterio y las leyendas de este volcán, que en su soledad de siglos continua custodiando su territorio.

PUPPY CASTELLÓ HERRERA , periodista y fotoreportera cubana de Tribuna de La Habana www.tribuna.co.cu/ y Centro de Información de la Prensa ( CIP ). www.cubahora.co.cu/
El Habanero www.elhabanero.cubaweb.cu/ Semanario Financiero, Comercial y Turístico de Cuba www.opciones.cu/ Revista Mar y Pesca www.cubamar.cu/marpesca/ Sendas la Revista de Transporte de Cuba www.sendasweb.cu/, entre otros medios.

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